Hechos 27

En Resumen, Hechos 27: Pablo en compañía de algunos amigos y bajo el cuidado del centurión Julio fue enviado a Italia, pero experimentaban un clima difícil. Pablo advirtió que no zarparan de Creta ya que habrían pérdidas, pero el centurión confiaba más en el piloto y el patrón de la nave (Vr.1-12). Parecía un buen clima, y partieron del lugar donde habían anclado, pero más tarde un viento huracanado los hizo estar a la deriva por muchos días, perdiendo la esperanza de salvarse (Vr.13-20). Pablo dio testimonio que Dios le había hablado y ninguno de ellos moriría aunque se perdiera la nave, pues él tenía una promesa de Dios de comparecer ante el Cesar y Dios salvaría a todos los del barco (Vr.21-26). Por 14 noches permanecieron así las 276 personas, sin comer incluso. Hasta que Pablo les animó. La nave encayó y temiendo que los presos escaparan los soldados querían matarlos, pero el Centurión no lo permitió y todos nadaron a tierra (Vr.27-44).

NO MORIRÉ hasta que complete la misión que Dios me encomendó (Vr.22-24)

POR AMOR a sus hijos DIOS GUARDA la vida de los que le rodean (Vr.42-43)

Reflexiono… ¿Sabes cuantas personas han salvado sus vidas sólo por estar a tu lado así no crean en Dios? ¿Puedo mantener la paz en Dios a pesar de estar a la deriva y con personas pesimistas a mi lado? ¿Soy el que hunde a los demás o el que procura que tengan ánimo?

¿Quién es Dios en el texto? Dios que me acompaña a todos mis viajes. Quien toca el corazón del más severo guardia a favor de sus hijos. Revela a tiempo a sus hijos lo que ha de suceder. Dios que me fortalece en medio de la Tempestad de la vida. Concede las peticiones de sus hijos amados. Conoce mis esfuerzos por salir adelante. Se glorifica en toda circunstancia. Anima al corazón más abatido. Usa personas de autoridad para cuidar de sus hijos.

¿Cuál es la Buena Noticia? Dios es mi fortaleza y mi rescate oportuno en medio de la angustia!! Si puedo creer en Dios, ÉL no dejará mi hogar a la deriva!!

¿Cómo cambia mi Cosmovisión? (Forma de pensar). ¿Me siento prisionero en mi propio viaje? ¿Por qué me fijo tanto en mi condición y no en el poder de influencia que tengo? Es momento de dejar a un lado las declaraciones que me esclavizan y empezar a testificar de Dios, de lo que quiere hacer y de lo que hará por mi y por los demás. Hay circunstancias que no podré cambiar, pero mi actitud si. Pablo empezó su viaje siendo prisionero y LO TERMINÓ ASÍ… Pero al inicio era un prisionero sin voz, sin credibilidad y terminó siendo la voz que dirigía el barco, incluso al centurión que lo custodiaba. Debo mantenerme enfocado y liderar con el ejemplo! Que todos sepan quién es el Dios al que sirvo!

Mi desafío a Obedecer es… Dar esperanza al que la ha perdido en su viaje por la vida. Mantenerme enfocado en mi meta, sin dejar de interceder por los que me rodean. Ganarme el derecho a ser oído con mi ejemplo, perseverancia y fe.

Empoderamiento: En Dios puedo empezar como prisionero en mi viaje, pero siempre terminaré siendo la voz que dirije!

Oro y me comprometo

Gracias Dios por mostrarme a través de la humildad de Pablo que tengo que aprender a ganarme las oportunidades. El empezó sin voz, sin credibilidad y así estaba yo cuando te conocí. Pero siempre habló de ti, de sus experiencias contigo, se acercó a las personas del barco y las animó. Yo quiero ser así, una voz de aliento y no de crítica. Una voz de esperanza y no de condenación. Voz tuya y no de miedos humanos, voz que fortalece y se gana el derecho a ser escuchado. Gracias por guardar a todos los que amo, a las personas por las que intercedo. Gracias por ser fiel conmigo. Que nunca más mire mi condición, sino mi llamado.

[DHH] Ahora, sin embargo, no se desanimen, porque ninguno de ustedes morirá, aunque el barco sí va a perderse. Pues anoche se me apareció un ángel, enviado por el Dios a quien pertenezco y sirvo, y me dijo: “No tengas miedo, Pablo, porque tienes que presentarte ante el emperador romano, y por tu causa Dios va a librar de la muerte a todos los que están contigo en el barco. Hechos 27:22-24.

[DHH] Los soldados quisieron matar a los presos, para no dejarlos escapar nadando. Pero el capitán de los soldados, que quería salvar a Pablo, no dejó que lo hicieran, sino que ordenó que quienes supieran nadar se echaran al agua primero para llegar a tierra, y que los demás siguieran sobre tablas o en pedazos del barco. Así llegamos todos salvos a tierra. Hechos 27:42-44

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